Aprender haciendo.
Aprender a hacer:
Hoy en día, la
globalización es parte de nuestras vidas a nivel personal y profesional. Como
persona, la tecnología y su influencia en la actualidad, ha jugado un papel
clave, importante y revelador en cuanto a la manera en cómo los seres humanos
aprendemos, actuamos y nos comunicamos.
Ser competentes, tanto a nivel educativo y laboral, es lo que busca el
mercado infinito, amplio, ilimitado y lleno de posibilidades para el futuro. En
este sentido, es indudable que la ciencia actual ha cambiado tanto nuestro
universo personal como profesional, irrumpiendo paradigmas o formas de pensar,
ocasionando un desencajo en las mentalidades antiguas de las personas que
crecieron con “un chip pasado”.
En el futuro,
el siglo XXI sin duda alguna, llevará a la educación a actualizarse al mismo
ritmo de las sendas del mundo complejo, entregándoles a sus aprendices las brújulas
que los guiarán y enseñándoles los caminos que deberán transitar. No obstante,
ya no basta con que cada individuo acumule una reserva enorme de conocimiento;
sino más bien, es importante que la persona sepa guiar ese saber para influir
sobre su entorno, con el propósito de participar y cooperar con los demás en
todas las actividades humanas, para así mejorar la propia personalidad y ser
cada día más autónomo en cuanto a juicio y responsabilidad se refiere. Todas
estas razones, son en resumen, lo que plantea la UNESCO con los cuatro pilares
de la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y
aprender a ser.
Aprender a hacer, surge con la intención de cambiar la organización
empresarial; ya que antes, se tendía a que las relaciones laborales fueran
verticales (empleado-jefe), buscando hoy en día, las responsabilidades compartidas
(relaciones horizontales). Por tal razón, aprender a hacer, es sinónimo de
responsabilidades grupales, de trabajo en equipo, de aplicación de
conocimientos y de ser competente.
El fin de la educación, según la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico, será formar
personas competentes, capaces de movilizar conjuntamente habilidades prácticas,
conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros
componentes sociales y de comportamiento. En este sentido, podemos observar
que los conocimientos sólo son una pequeña porción de este objetivo, que se
debe desarrollar conjunto al resto de las competencias, para así lograr
responder a las necesidades del futuro.
Ser capaz, lo es todo… cada uno de nuestros conocimientos, dependen de
nuestro “saber aplicarlo”, “saber ejecutarlo”, “saber hacerlo”. Aprender a
hacer, es aprender a través de la práctica; es convertir lo leído en una
habilidad o destreza, la cual te permitirá una vez la hayas perfeccionado,
lograr buenos resultados. En conclusión, lo que busca el aprender a hacer, es que el estudiante de
paso a la investigación, no quedándose sólo con lo ya leído, sino adquiriendo
un rol protagónico de su propio aprendizaje. Es en pocas palabras, propiciar la
investigación, la reflexión y la participación.
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